- Representantes de ATA, UPTA y UATAE han presentado los resultados del “Estudio para la detección de la importancia de la formación, tipología y sistema formativo más adecuado para el trabajador autónomo”. Un proyecto financiado por Fundae y SEPE.
- Las tres organizaciones apuestan por cambios sustanciales en el acceso a la formación para mejorar las competencias digitales de los autónomos.
Madrid, 29 de diciembre de 2020. En una jornada on-line se ha presentado esta mañana los resultados del Estudio para la detección de la importancia de la formación, tipología y sistema formativo más adecuado para el trabajador autónomo. Este estudio ha sido realizado en conjunto por las tres organizaciones de autónomos ATA, UPTA y UATAE y financiado por Fundae y SEPE.
Descarga el resumen del estudio en: https://ata.es/wp-content/uploads/2020/12/Presentación-Estudio-Síntesis-Datos.pdf
Descarga las 50 medidas: https://ata.es/wp-content/uploads/2020/12/Presentación-JL-Estudio-Martes.pdf
Según se deduce del estudio cuyos resultados hemos presentado hoy, el actual sistema de formación presenta múltiples carencias derivadas fundamentalmente de la falta de participación de las organizaciones de autónomos en la detección, programación, diseño y difusión de las mismas tal y como establecía la ley 30/2015. Esto produce una falta de conexión entre la formación que los autónomos necesitan y la que se ofrece desde el sistema. Existe una desalineacion de la demanda formativa que los autónomos necesitan para mejorar sus negocios a fin de hacerlos más competitivos, sobre todo en un entorno de COVID 19 donde la digitalización por ejemplo es fundamental no solo para mejorarlos sino también para que pervivan de los mismos.
De igual forma, los contenidos, duración, metodología y horarios de las acciones formativas que se ofrecen nada o poco tienen que ver con las singularidades del autónomo que sufre una excesiva carga de trabajo y que tiene que compatibilizar su jornada laboral, su vida familiar y la formación. Tras este estudio se han propuesto más de 50 medidas para hacer que el modelo de formación se ajuste a las necesidades reales de los autónomos y sus empresas y a las singularidades de los mismos.
Eduardo Abad, presidente de UPTA: “Tan solo el 1 % de los autónomos españoles han podido acceder a las acciones formativas desarrolladas por el Servicio Público de Empleo. Es el dato más bajo de todos los países más desarrollados del Marco de la Unión Europea”. “La evidente descoordinación entre las distintas administraciones a la hora de desarrollar acciones formativas que mejoren la formación de nuestro colectivo es uno de los principales retos que deberán abordarse en estos próximos ejercicios”, ha señalado Abad en su exposición.
Valeriano Gómez, de UATAE: “El sistema de formación para el empleo necesita adaptarse a las características del trabajo autónomo. Los autónomos no tienen estructuras y medios de formación propios como las medianas y grandes empresas. Pero necesitamos mejorar sus capacidades tecnológicas, administrativas y comerciales. La formación continua es una herramienta que debe utilizarse para el reciclaje y la mejora de los negocios de los autónomos”.
“El modelo de formación debe ser más sencillo y con menos trámites burocráticos en la percepción de las ayudas a la formación. Debe establecerse un crédito para la formación acumulable con cargo a la cotización de formación y, cuando fuera necesario, con la posibilidad de establecer una deducción en la tributación en renta o sociedades para financiar el gasto/inversión en formación de los autónomos”, ha añadido Gómez.
“Aunque a nivel nacional está ‘cogobernanza’ del sistema con las organizaciones de autónomos se está llevando a con el SEPE y Fundae, es prácticamente inexistente en las comunidades autónomas donde existe 17 modelos diferentes de sistemas formativos completamente distanciados de las necesidades de los autónomos”, ha asegurado José Luis Perea, secretario general de ATA. “Proponemos diseñar una Estrategia Nacional de impulso a la formación que garantice el derecho universal a la misma que tienen los autónomos, que adapte las empresas a un entorno productivo cambiante y mejore su competitividad a través de la digitalización, que fomente la colaboración público privada y la participación en el sistema de las organizaciones de autónomos o que el modelo de financiación sea totalmente transparente deben ser alguno de los objetivos de la misma”.
“También es necesario establecer mejoras en la formación programada, entre ellas, establecer un crédito mínimo de formación similar al que se garantiza para las empresas, eliminar trabas administrativas, dar mayores competencias a los centros de formación o flexibilizar el catálogo de acciones formativas para que el autónomo pueda elegir libremente qué tipo de formación necesita”, ha recalcado el secretario general de ATA.
Tampoco podemos olvidarnos de la formación como sector productivo que genera empleo y riqueza y que está conformado mayoritariamente por multitud de pequeños centros de formación que vertebran la misma a lo largo y ancho de nuestro país y que están liderados en su mayoría por autónomos. A ellos se les ofrece en las recomendaciones mayores competencias en la formación programada así como permitir la subcontratación y entender la actividad formativa como una actividad empresarial a la que hay que respetar un moderado margen de beneficios.
Finalmente, con carácter genérico, el estudio invita a establecer procesos abiertos de acreditación de competencias profesionales y experiencia profesional a fin de que los autónomos puedan acceder a itinerarios formativos más extensos ligados a los certificados de profesionalidad así como una evaluación permanente de la eficacia e impacto económico que la formación tiene en los negocios.
RESUMEN DEL ESTUDIO Y DATOS PRESENTADOS:
https://ata.es/wp-content/uploads/2020/12/Presentación-Estudio-Síntesis-Datos.pdf